Los sistemas flexibles de alta resistencia son soluciones muy adecuadas para problemáticas asociadas con deslizamientos en roca y/o suelo. Sin embargo, es importante considerar que ante un deslizamiento general de un talud de gran escala, estos sistemas no son una solución por sí mismos, sino que requieren de soluciones combinadas que actúen de manera complementaria. Es decir, estos sistemas no pueden estabilizar un deslizamiento cuya superficie de rotura no sea atravesada por los anclajes, con un bulbo suficiente para evitar el arrancamiento de los mismos.
Los errores más comunes en estos sistemas son los siguientes:
Análisis:
Uno de los errores más comunes durante el análisis de estabilidad es la falta de información. En este sentido, se requiere imprescindible una visita a campo por especialistas que evalúen el riesgo de inestabilidad de los taludes críticos, realizar y clasificar el terreno de manera adecuada. Es decir, sin una buena campaña geotécnica específica para la estabilización de taludes es fácil cometer errores.
En caso de no poder realizar una campaña geotécnica, la experiencia y las evidencias de caídas y/o eventos anteriores en campo puede ayudarnos, pero puede infravalorarse el evento que está por venir. Por ejemplo, una rotura que esta oculta en el talud que delimita un bloque inestable superior en tamaño a los eventos registrados.
Diseño:
Con el análisis realizado, se procede al diseño, donde se ha de calcular principalmente el soporte necesario en Kn/m2 en función del tipo de terreno y de la rotura esperada, con programas específicos.
Uno de los errores más frecuentes en esta etapa, es la utilización de la herramienta de cálculo equivocada. Es decir, para un talud rocoso donde se esperan caídas de deslizamientos planares, cuñas o vuelco no se puede realizar el cálculo con un software específico para deslizamientos rotacionales en suelo.
Adicionalmente y siempre que hablamos de Sistemas Flexibles, el dimensionamiento de la malla y pernos de anclaje habrá que tratarlo como un factor crítico a tener en cuenta en el diseño de estabilización, debiéndose dimensionar como un conjunto, ya que la combinación de ambos nos dará el soporte necesario para una correcta estabilización del talud. En otras palabras, de poco sirve instalar una malla con soporte para 20Kn/m2 si después los pernos están calculados (en función del patrón de anclaje, diámetro de perforación y tipo de perno) para 50Kn/m2 y viceversa. Desafortunadamente es muy común ver diseños donde la malla está calculada para soportes hasta 4 veces inferiores al del diseño de los pernos, provocando el colapso de la misma y por consiguiente su rotura.
Ejecución:
Los principales errores de ejecución que se suelen dar están relacionados a la adaptación del sistema al terreno, ya que, si los sistemas de estabilización no se adaptan adecuadamente al terreno, no pueden transmitir los esfuerzos rápidamente a los anclajes.
La falta de adaptación puede deberse a una mala ejecución por falta de experiencia, ya que un replanteo eficiente de los anclajes y los paños de malla ayuda a dicha adaptación del sistema.
La falta de tesado de los cables y no ejecutar anclajes adicionales en zonas deprimidas del talud, es un problema que impide la correcta adaptación del sistema.
Por tanto, un sistema de estabilización sin adaptar se convierte en un sistema de control de desprendimientos con un alto coste.
Otros errores frecuentes que nos encontramos durante la etapa de ejecución, es la correcta longitud de los anclajes, la cual suele estar asociada al equipo de perforación empleado. Si el equipo no es el adecuado, la longitud de los anclajes no llega a la del diseño o su inyección no es correcta.
Algunas veces este problema, por las características del talud, no se puede solventar ya que el diseño inicial no puede llegar a ejecutarse, por lo que se requiere modificar el diseño según los medios que pueden acceder y sus limitaciones.
Por lo expuesto, los diseños de estabilización deben estar orientados no sólo a la ingeniería de detalle, sino también a la problemática a la hora de ejecutar las soluciones propuestas, ya que, en obra según la experiencia, medios y capacidad del contratista, se podrá ejecutar el proyecto o habrá que modificarlo.
Grupo Desnivel – Donde Nadie Accede